La Llamada Final de Timothy Woodward Jr.

Nuestra puntuación

Se estrena en cines argentinos la película de terror producida por Jeffrey Reddick, creador de Destino final.

Un pequeño pueblo en 1987, un grupo de amigos obligados a entrar en la casa de un anciano misterioso, Edward Cranston (Tobin Bell), después de que su esposa (Lin Shaye) se quita trágicamente la vida. Él explica que ella les ha dejado 100.000 dólares a cada uno. El problema: cada uno debe ir solo a una de las habitaciones de la gran mansión y marcar un número de teléfono. Si se quedan en la línea durante un minuto, obtienen el dinero. ¿A quién llamamos, pregunta uno de ellos? La esposa muerta, dice Cranston, y agrega que enterró un teléfono con el cadáver de la mujer.

Atrayendo a los fanáticos del género con los nombres de Lin Shaye (Elise Reiner de Insidious)y Tobin Bell (John Kramer/Saw de Jigsaw) La Llamada Final intenta sacar provecho del éxito retro de Stranger Thing, nos establece una premisa rica en potencial, pero una vez que los cuatro amigos comienzan a tomar turnos para contestar el teléfono, La Llamada Final se vuelve episódico, con una buena ambientación pero sin sorpresas que justifiquen un segundo acto inflado, ni personajes cuyos perfiles empaticen con el espectador, con un grupo formado por adolescentes con angustias clichés y diálogos banales que poco terminan de interesar.

El director Timothy Woodward Jr. comienza con una excelente vibra nostálgica de los 80, metiéndonos en la película que, junto con el concepto de la película y la puesta en escena permiten que La Llamada Final no pierda interés. Apoyado en la figura de dos estrellas del género, tanto Bell como Shaye hacen todo lo posible para inyectar una enigmática maldad que hace que sigamos la trama hasta el final con cierto interés, aunque en el mismo salgamos algo decepcionados.

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