Las cosas donde ya no estaban de Fabio Vallarelli.

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Este jueves se estrena en la sala 2 del Cine Gaumont la nueva película del director de Tierra II.

La simple premisa de colocar una cámara y un micrófono para seguirlos a a dos personas hablar puede parecer una tarea fácil pero no lo es. Es difícil lograr captar la atención del espectador, a través de diálogos que puedan verse narturales pero bien articulados, con temas que logren generar una conexión con quien está mirando. Lo logra Fabián Vallarelli, en esta suerte de Antes del Amanecer en un entorno capitalino.

Aprovechando que debe dar un recital en Buenos Aires, Dolores (Agustina Quinci) una cantante que hizo su carrera en Europa, decide encontrarse con Luca (Andrés Ciavaglia), su novio de la adolescencia. Ambos treintañeiros recorrerán, durante una noche, las calles porteñas para hablar de sus proyectos, sus deseos y como cambió sus vidas después de tanto tiempo sin verse.

El contexto argentino y la edad de la pareja no es un elemento más dentro del relato; los cambios políticos, los vaivenes de un país que va fluctuando entre tiempos de prosperidad económica a otros de austeridad y crisis. Ambos personajes lo sufrieron en carne propia, por eso no es casualidad que ella haya elegido seguir su carrera artística en Europa, mientras que él no haya podido desarrollar su profesión como dibujante de historietas para abocarse a una carrera «que le de plata», como arquitectura.

Diálogos que tratan de interpelar al espectador, otros banales que apuntan a darle a la película una veta romántica, Las Cosas Donde Ya No Estaban es un recorrido nocturno por las calles porteñas de dos personajes que cargan distintas crisis sobre sus espaldas: el recuerdo de una tragedia, el desarraigo de tener que dejar los afectos para conseguir un futuro más próspero en otro lugar, los sueños no cumplidos, los mandatos sociales, el peso de las decisiones, el amor, madurar («es hacer eso que hacías cuando eras chico pero con tu propia plata» reflexiona Dolores), los compromisos laborales; muchas cuestiones mundanas abarca la película que la hace sentir cercana, algunas abordadas con menor profundidad, otras mejor desarrolladas. Pero la principal virtud que tiene el film es que logra hacer que empaticemos con Luca y Dolores, no dejando nunca que perdamos el interés por saber como va a terminar la historia entre ellos dos.

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