Este jueves se estrena en cines la película de Dan Berk y Robert Olsen (Significant Other y Villanos), protagonizada por Jack Quaid.
Luego de The Boys, coprotagonizar las nuevas entregas de Scream y de hacer de villano en Compañera Perfecta, Jack Quaid se une a la nueva camada de héroes de acción inesperados con Novocaine, una película que mezcla el espíritu de Nobody (hasta comparten el diseño de afiche) con la lógica de los videojuegos clásicos como de «rescate de dama» de Double Dragón y Mario Bros. Hay referencias evidentes a Mi Pobre Angelito e incluso una parodia de Terminator (moto y campera de cuero incluida), pero el núcleo de la historia es el de siempre: un hombre común obligado a convertirse en héroe cuando la persona que ama está en peligro.

La película comienza con el clásico Everybody Hurts de REM, «Todo el mundo sufre….» reza la letra. En los créditos nos muestra a Quaid, quien interpreta a Nathan Caine, un subdirector de banco que parece atrapado en la rutina y sufre por ello. Su vida monótona da un giro cuando, tras meses suspirando por su compañera de trabajo Sherry (Amber Midthunder), un accidente con una cafetera los lleva a compartir una cita. Pero el romance dura poco: un grupo de violentos ladrones, liderados por Ryan Nicholson, irrumpe en el banco y secuestra a Sherry, y Nate, sin dudarlo demasiado, roba un auto de policía y se lanza tras ellos. Su ventaja en esta persecución es su extraña condición médica: no siente dolor. Un detalle que, en el contexto adecuado, se convierte en un superpoder, pero que en la vida real puede ser mortal.
Bajo esa premisa, los directores Dan Berk y Robert Olsen construyen una película de acción frenética, con escenas que empujan el absurdo sin perder el entretenimiento. Nate usa su falta de sensibilidad física como una ventaja cómica y táctica: puede meter la mano en aceite hirviendo para recuperar un arma o seguir peleando con una flecha clavada en la pierna. Pero la película no olvida que esto no lo hace invulnerable, y el riesgo sigue estando presente.
Más allá del espectáculo, Novocaine se apoya en la química entre la dupla protagonista. Quaid equilibra carisma y torpeza en un papel que le sienta perfecto, poniendo mucho de comedia física a la película. Mientras Amber Midthunder, a quien ya vimos enfrentarse a alienígenas en Prey, lejos de ser una simple «damisela en apuros», le da a Sherry la fortaleza suficiente para hacerla más que un premio a rescatar. Además, el elenco de reparto aporta humor y carisma, destacando Jacob Batalon, que vuelve a hacer de «amigo nerd del protagonista» como en Spider-Man, con el mismo timing cómico, y los detectives interpretados por Matt Walsh y Betty Gabriel.
Con un ritmo vertiginoso y un protagonista que equilibra torpeza y determinación, Novocaine no reinventa el género, pero lo pasa por el filtro de la comedia y el exceso, destacando su originalidad conceptual y su ejecución dinámica. Es una de esas películas que, una vez que arranca, no frena hasta el final, y que encuentra su mejor versión en el caos controlado de su propio universo.