Protagonizada por Dakota Johnson, se estrenó en Netflix, la adaptación cinematográfica de la clásica novela de Jane Austen.
Persuasión es la obra póstuma de la escritora de clásicos como Pride and Prejudice y Sense and Sensibility, adaptadas al cine maravillosamente por Joe Wright. Publicada en 1818, luego de su fallecimiento en 1817 esta obra de madurez está considerada una de las novelas más oscuras de Jane Austen, y es la más crítica con la sociedad de su época. Narra la historia de Anne Elliot, una mujer madura, sensible y menospreciada. Quizá por primera vez en la historia de la novelista, la mujer debe luchar para que el amor le conceda una segunda oportunidad.
Dakota Johnson compone el carismático papel de Anne, haciendo tomas desdeñosas y monólogos irónicos a la cámara, tomando tragos desesperados de una botella de vino tinto en privado, ocasionalmente acariciando a un peculiar conejo. Ocho años antes ha sido persuadida para rechazar una propuesta de matrimonio del apuesto pero pobre marinero Wentworth, cuyo papel es interpretado por Cosmo Jarvis. Ahora Wentworth ha regresado al vecindario, recientemente rico, con un ascenso prestigioso y en busca de una esposa, para mortificación de la solitaria Anne (todavía enamorada de él). Mientras tanto, su familia ha atravesado tiempos difíciles debido a que el padre ha perdido casi todo el dinero, Sir Walter Elliot, personificado por Richard E Grant. Mientras su egoísta hermana Mary le hace reclamos a Anne que la llevan a Lyme, donde las hermanas de su cuñado Charles involucran a Wentworth en divertidas atracciones románticas.
Los otros personajes que vamos conociendo nunca terminan de tener un peso en la historia quedando solo como meros subtextos que no terminan de desarrollarse como es el caso del de Henry Golding o el de Suki Waterhouse. Cada aparición de Dakota levanta el filme, pero la poca química entre ella y Jarvis se nota, y es una pena ya que los dos actores en otras escenas destacan mejor. Los amados personajes construidos por Austen se vuelven insípidos en este recuento que parece no poder encontrar su equilibrio, atrapados entre el deseo de sumergirse en el modernismo y una atracción inherente hacia el material original.
El diseño de producción, el vestuario, el maquillaje y peinado se destacan pero no sobresalen como se espera en este tipo de películas; sus escenarios y accesorios son un reflejo de la monotonía que plaga el guion, cuya escena final, la boda, nos inventa un giro cómico cursi que involucra a dos personajes distintos cuyo estado y propósito no se corresponde con la obra de Jane Austen. La versión que hace Carrie Cracknell de Persuasión está lejos de sentirse la mano de la escritora al recibir un tratamiento estilo Fleabag, que la hacen sentir como una comedia romántica que no termina de funcionar como sucede en Clueless o hace poco Fire Island, películas poco pretenciosas inspiradas en la obra de la novelista que han elegido darle un abordaje similar y han obtenido mejores resultados.