Se encuentra disponible dentro del catálogo de Star Plus, la comedia romántica inspirada en Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.
El 2022 parece ser el año del retorno de la comedia romántica. No solo en las formas estándar tampoco, sino en una variedad de películas, alguna de mayor presupuesto como Marry Me, el romance de aventuras de The Lost City o el encanto de I Want You Back. Ninguna escapaba del criterio heteronormativo al que estamos acostumbrados en este tipo de producciones, por eso era necesaria una que salga de dichas convenciones y Fire Island lo hace, recuperando la misma dinámica de las producciones anteriores pero dentro de la comunidad LGBTQ.
Fire Island comienza como una relajante escapada de una semana en el oasis de la costa este para un grupo de hombres homosexuales que buscan diversión bajo el sol y relaciones sexuales. El primer indicio de que el film está inspirado en las obras de Jane Austen es una toma rápida de una copia de Orgullo y Prejuicio en la mesita de noche de Noah (Joel Kim Booster). Sin embargo, eso es más que suficiente, porque la dinámica de la relación de esta historia no solo se revela como lo ha hecho la novela de Austen, sino como otras obras de la escritora británica.. Cuando nuestro personaje principal se despierta, hay un hombre en su cama, con la alarma a todo volumen, porque llega tarde al ferry que lo llevará a la isla. Le esperan más aventuras y él llega justo a tiempo, con su grupo de amigos gritando, empujando y sorprendidos de que llega tarde a su propia fiesta. Pero este año Noah espera ayudar a su mejor amigo Howie (Bowen Yang) a extender sus alas: ser promiscuo, emborracharse, divertirse y olvidarse de enamorarse. Solo que esta vez es un último hurra, ya que su amiga Erin (Margaret Cho) les informa que está vendiendo la casa de verano, por lo que necesitan que sea una semana para recordar.
Lo que Joel Kim Booster y el director Andrew Ahn hacen es tomarse el trabajo de colocar a los diversos personajes en sus grupos colectivos. Al igual que cualquier historia romántica, hay diferentes tipos de personas, los hombres ricos con mansiones, los hombres musculosos, los hombres más extravagantes y los más reservados. Algunos de estos son estereotipos, algunas características están arraigadas en la experiencia, pero muestran las complejidades únicas y la autenticidad de la comunidad gay. Nos conectamos instantáneamente con la amistad de Noah y Howie, pero cuando Howie capta la atención de Charlie (James Scully) vemos el lado protector de Noah. Mientras Howie y Charlie hacen una conexión romántica, vemos a Howie conversando con Will (Conrad Ricamora) en un nivel diferente. Hay una amargura similar entre los dos, ambos secretamente molestos porque sus mejores amigos han encontrado a alguien, pero también se están gustando el uno al otro. Aunque parece un cliché que dos personas comiencen sin gustarse, solo para encontrar una conexión, en Fire Island ese desarrollo está realmente ahí. Vemos a estas personas bajo una luz y gradualmente se transforman en personajes que no nos gustan o que nos importan.
Joel Kim Booster lo hace todo, escribe, actúa y produce; y desde ese lugar tiene la capacidad de tocar econ sarcasmo sobre los pros y los contras de la comunidad gay. Mientras Andrew Ahn tampoco tiene miedo de mostrar la libertad sexual de los personajes, soltarse en un club, pero también los momentos que se pueden disfrutar viendo la puesta de sol en un muelle. Similar al trabajo del director en la subestimada Driveway estos, son los momentos suaves los que elevan el material, cuando Noah y Mike tienen conversaciones serias sobre lo que significa estar enamorado y las tensiones que provienen de todas las partes de la vida.
Fire Island pertenece al grupo de nuevas comedias románticas que rompen el molde, como Damas en Guerra o Locamente Millonarios. Es consciente de lo que quiere expresar y como lo quiere hacer; en esa dinámica de alocada diversión logra una buena química y sintonía entre los personajes con sus diferentes relaciones; desde Margaret Cho con sus momentos de sabiduría como la amiga experimentada del grupo, hasta Conrad Ricamora quien sorprende como el introvertido Will. Sin embargo, son Joel Kim Booster y Bowen Yang las estrellas más importantes. Los dos tienen un carisma especial donde combinan momentos divertidos, especialmente una escena en la que Yang canta «A veces» de Britney Spear, con otros donde cae en clichés románticos superficiales pero que calzan perfecto con el tono general de la película.