R.J.W. de Fermín Rivera.

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Se estrena en cines argentinos el documental que explora la vida de Rodolfo Walsh construyendo un paralelismo entre su vida y su obra.

A pesar de su desaparición a los jóvenes 50 años Rodolfo Walsh ha dejado un legado enorme, lo mismo que los 30.000 desaparecidos durante la última dictadura civico-militar que azotó nuestro país desde 1976 hasta 1982. Referente del periodismo, dueño de una prosa excepcional y militante político, escritor de novelas esenciales de la literatura argentina por su trabajo de investigación periodística como Operación Masacre, ¿Quién mató a Rosendo?, Caso Satanowsky y El Informe Kissinger; también por su militancia montonera y la valiente Carta Abierta a la Junta Militar del 24 de marzo de 1977 que resumía, a modo de denuncia, el primer año de gobierno de la dictadura militar. Pero hay una parte de su vida que muchos desconocen, la que viene a cubrir R.J.W. de Fermín Rivera.

El documental comienza cronológicamente, desde su infancia en Choele-Choel en la estancia familiar junto a sus padres y sus cinco hermanos. Pero la felicidad de la unidad de los Walsh cambia cuando la crisis económico los golpea. Los hermanos deben dividirse y el, junto a su hermano Carlos, es trasladado a un colegio pupilo a cargo de curas de una congregación irlandesa, destinado a hijos de familias con ascendencia de esa nacionalidad. A partir de ahí, el documental comienza a hilvanar los escritos de Rodolfo Jorge Walsh con los hechos de su vida. La voz en off sirven como nexo entre imágenes y espectador, dando un tinte narrativo que nos coloca en el drama de sus años en en la institución. Las peleas para ganarse el respeto de sus compañeros, el régimen dictatorial y represivo que se vive entre los curas y como poco a poco el periodista fue formando su personalidad contestataria ante la autoridad y la injusticia.

La célebre máquina de escribir Olivetti de Rodolfo Walsh.

Fermín Rivera combina imágenes de archivo, algunas ficcionadas pero que sirven para darle contexto y profundidad al relato. También resalta sus contradicciones, su acercamiento a la Alianza Nacional Libertadora, sus contundentes críticas a Juan Domingo Perón y Evita, el apoyo al golpe de estado del 55 y todo el proceso de transformación de Rodolfo hasta el momento de cobrar notoriedad por Operación Masacre. La barbarie de la Revolución Libertadora lo obligó a replantear su posición, la que se profundizó con sus viajes a viaje a Cuba y Guatemala, hasta comenzar a militar en la agrupación Montoneros. El documental elige poner un freno y no enfocarse en la historia de Rodolfo más conocida y difundida de él, para mostrar otro costado: el de su infancia, su juventud, la que lo formó como persona y que sirve para entender que Rodolfo Walsh no era solo un militante, era un revolucionario que defendía la libertad, ponía el cuerpo ante cualquier forma de autoritarismo y luchaba contra la desigualdad social.

Le pone voz en muchas momentos, pero no aparece en escena Patricia Walsh, su hija, la heredera de la pasión por el periodismo y la militancia política. La palabra de Juan José Delaney, de raíces irlandesas como Rodolfo; la investigadora Silvia Adoue, perteneciente al Colectivo “Rodolfo Walsh” de enseñanza de Lengua y Literatura de la Escuela del MST investigadora; las sabias reflexiones de Roberto Baschetti, escritor de la biografía Rodolfo Walsh Vivo. Y la frutilla del postre, la aparición de Juan Forn, tristemente fallecido en 2021, quien da cuenta de la importancia y la influencia de Rodolfo en su carrera como escritor.

Lo más interesante de R.J.W es su naturaleza reveladora; aquella que nos muestra un costado poco explorado de Rodolfo Walsh que nos sumerge en su infancia, su doloroso pasado en la pobreza y en todo su proceso de formación política. Con la admirable prosa del escritor de fondo y un notable trabajo de edición, el documental nos permite ser testigos privilegiados y no puede más que provocarnos profunda admiración ver como pudo llegar a ser lo que fue dentro de un contexto visiblemente desfavorable.

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