Red Post On Eacher Etreet de Sion Sono. Crítica.

Nuestra puntuación

Dentro de la Competencia Internacional del 35º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó la esperada nueva película del prestigioso director japonés.

Sion Sono pertenece a una ola de cineastas importantes para la cinematografía japonesa contemporánea junto a Takashi Miike, Takeshi Kitano y Tetsuya Nakashima. Esta camada de directores nipones se apropiaron de las posibilidades sonoras y rítmicas del montaje, y transgredieron nuevamente las reglas del cine narrativo. El cine de Sion es un constante flujo de evocaciones de presente y pasado, que lleva al límite la cordura y el sentido común de sus personajes en un entorno pútrido y desesperanzador. Así lo demuestran cada uno de sus films, desde El Club de las Suicidas, considerada una obra de culto dentro del cine de terror, pasando por Love Exposure, TAG y Vampire Tokio Hotel hasta llegar a la delirante The Forest of Love del año pasado (se encuentra en Netflix), Su presencia dentro del festival era uno de los platos fuertes de festival y su estreno por fin hizo la luz.

En su afán de no ser encasillado dentro de ningún género en esta nueva producción es el director se vuelca a la comedia en un entorno completamente diferente a sus anteriores producciones. Todo comienza cuando las audiciones para la última película del genial director Tadashi Kobayashi han atraído a actores famosos y desconocidos. Algunos han postulado solo por curiosidad o como manera de cumplir los sueños de otros. Juntos, estos personajes forman un variado tapiz humano. Mientras, Kobayashi tiene problemas para terminar el guion y para responder a las demandas irracionales del productor ejecutivo. En ese contexto, aparece su ex novia. Durante el rodaje, empiezan a surgir las ideas y los sentimientos del director, del equipo y de los extras.

El cine dentro de cine es la forma que elige el director japonés para meternos en el mundo del cine desde adentro. Red Post en Escher Street se mete en el proceso de realización de películas; pero sobre todo en la pasión y el espíritu del detrás de escena del elenco y el equipo completo, en un ámbito donde hasta los extras luchan por obtener sus 15 segundos de fama. La luminosidad de la película y la amplia gama de personajes funcionan como herramienta humorística delirante, con una vitalidad, fresca y moderna notable por parte de un director que casi está por llegar a los 60 años.

Sion Sono construye las casi dos horas y media un hermoso homenaje al mundo del cine. Pero no solo desde la perspectiva de él como director, con una filosofía enfocada en sus aficionados primero y estrellas al final. Porque en última instancia, de esto se trata esta película, de darles a los pequeños, a los invisibles, a ellos que forman parte del escenario pero no de la escena su propio espacio. Darle a los extras la oportunidad de brillar, deshacerse de las convenciones y las limitaciones para hacer una película que no esté censurada ni complaciente al público general. En Red Post on Eacher Street, el director ha extendido su red con un montón de peculiares personajes que están hartos de callarse y de vivir en las sombras pero que tendrán la oportunidad de explotar en la desenfrenada, emocionante, frenética y luminosa revolución final.

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