Se estrena en cines argentinos, la película nominada al Óscar de la directora de Lejos de Ella y Notas de amor, protagonizada por Rooney Mara, Claire Foy y Jessie Buckley.
Ellas hablan (Women Talking, Estados Unidos-Canadá/2023). Dirección: Sarah Polley. Elenco: Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Sheila McCarthy, Michelle McLeod, Kate Hallett, Liv McNeil, August Winter, Ben Wishaw y Frances McDormand. Guion: Sarah Polley, basado en la novela homónima de Miriam Toews. Fotografía: Luc Montpellier. Edición: Christopher Donaldson y Rosyln Kalloo. Música: Hildur Guðnadóttir. Distribuidora: UIP (Universal). Duración: 104 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.
Miriam Toews, escritora de Ellas hablan, creció en una colonia menonita canadiense. Sus padres practicaban esta religión en la que los fieles viven separados del resto de la sociedad y siguen sus propias normas. Después de abandonar la colonia, se dedicó a escribir sobre el mundo menonita y criticar la posición subordinada de la mujer en esa sociedad.
Entre 2005 y 2009, más de un centenar de mujeres y niñas en la colonia menonita Manitoba de Bolivia fueron violadas por un grupo de hombres que las dormían con un aerosol a base de anestesia para animales. Las víctimas eran cuestionadas por los líderes de la colonia y se les decía que eran invenciones. Finalmente, después de cuatro años, se descubrió a los culpables y ocho fueron condenados a 25 años de prisión por violación. A pesar de esto, siguieron produciéndose abusos y agresiones en la colonia. Debido a la religión, a las mujeres se les pedía que perdonaran a sus agresores, ya que el perdón era esencial para la salvación del alma. Toews se relacionó con algunas de las mujeres víctimas y se documentó bien antes de escribir Ellas hablan, una novela que recrea una respuesta ficticia a los hechos y cómo las mujeres buscaron soluciones. La novela fue adaptada al cine por Sarah Polley, quien omitió algunas partes y ocultó la inspiración en los hechos reales.
Ambientada en el año 2010, un grupo de mujeres de una comunidad menonita se reúne para discutir una serie de ataques violentos sufridos por parte de los hombres de la comunidad. La película «Ellas Hablan», dirigida por Sarah Polley y adaptada de la novela de Miriam Toews, retrata de manera contundente y enfocada la vida de estas mujeres, que viven en una organización religiosa estricta que se tambalea debido a los abusos sexuales que han sufrido. La película se desarrolla en un granero en una zona rural de Estados Unidos, donde varias generaciones de mujeres debaten qué hacer frente a los abusos que han sufrido: quedarse y perdonar, quedarse y luchar, o irse.
También presenta una tentativa historia de amor entre Ona (Rooney Mara), embarazada producto de una violación, quien que quiere huir; y August (Ben Whishaw); un tímido maestro cuya familia fue condenada al ostracismo hace años. De voz suave y dócil, August ha sido reclutado para tomar la minuta de esta reunión de mujeres, pero su antiguo afecto por Ona comienza a aflorar, lo que lleva a una conmovedora resolución.
Polley filma Ellas hablan en colores apagados, dando a las imágenes una crudeza casi gris, mostrándonos una realidad triste y oscura, que reflejan la situación desesperada en la que se encuentran. Su conversación tiene un suspenso adicional porque se lleva a cabo mientras los hombres están fuera brevemente, lo que le da al proceso una urgencia a contra reloj. Aquí la puesta en escena es íntima, ocasionalmente se siente claustrofóbica, y presenta posibles obstáculos narrativos, pero Polley no recurre a ubicaciones de cámara llamativas o cortes rápidos para insertar dinamismo artificial. Ella simplemente confía en su elenco, que incluye a Frances McDormand como una matriarca severa que está totalmente en contra de que las mujeres se vayan.
El material respeta los diferentes puntos de vista de los personajes, analizando cómo la educación conservadora en esta comunidad enclaustrada ha dado forma a sus pensamientos, que incluso llegan a sentirse como soñadores. Polley logra un equilibrio complicado, condenando la perpetuación de la desigualdad de género por parte de la religión, al mismo tiempo la directora comprende cómo la fe verdadera puede ayudar a las personas a crear una sensación de gracia y comodidad en sus vidas. Inserta algunos flashbacks que brindan breves destellos de los abuso, sin ser gráficos o crudos, simplemente son recuerdos emocionales que ayudan a comprender mejor las conversaciones de las mujeres, este recurso no se siente incómodo ni mal ejecutado, más bien amplia e material.
La música de la ganadora del Oscar Hildur Guonadottir ayuda a elevar las emociones de los personajes, en ningún momento está sobre la escena o encima de los diálogos, siempre está de fondo sin estorbar o subrayando lo que estamos viendo en imagen. Sumado a actuaciones impecables, donde cada una de las actrices entregan un trabajo brillante y emocional, que se vuelve más intenso en conjunto e ilustra una comunidad que oscila entre la rabia, el dolor y el entumecimiento por los horrores que han enfrentado.