[RESEÑA] Halloween: la noche final de David Gordon Green.

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Este jueves se estrena en cines el capítulo final de la clásica saga de terror creada por John Carpenter.

Durante más de cuatro décadas, la franquicia Halloween ha pasado por varios estadíos, luego de revolucionar el género de terror, allá por 1978. Desde una floja segunda parte en 1981, hasta innecesarias secuelas que han llevado a intentar de forma fallida reformar la historia como la versión hecha por Rob Zombie. Pero fue el relanzamiento del 2018, donde la estrella principal, Jamie Lee Curtis volvía a ponerse en la piel de Laurie Strode, la que pareció encarrilar una saga que parecía terminada. Lamentablemente, su continuación Halloween Kills, en 2021, no le fue en sintonía pero igualmente nos dejó con ganas de más y la satisfacción de saber que seguiríamos viendo enfrentarse a los célebres Michael Myers y Laurie Strode. Esta vez, todo llega a su fin con la esperada conclusión en una película que no poco tiene que ver con las entregas anteriores.

Han pasado cuatro años desde los acontecimientos de la noche de Halloween de 2018 descritos en las dos películas anteriores. Después de llevar décadas sintiéndose perseguida por la sombra de Michael Myers, Laurie Strode ha decidido por fin rechazar ese temor y tomar las riendas de su vida. Después de que Michael Myers matara a su hija Karen hace cuatro años, parece haberse desvanecido. Se ha sometido a una terapia y ha conseguido construir un hogar seguro, estable y lleno de cariño para su nieta Allyson (Andi Matichak), de 21 años, y para sí misma. Está terminando de escribir sus memorias y comparte una profunda amistad con Lindsey Wallace (Kyle Richards), otra superviviente, e incluso se ha planteado volver a tener una relación con un hombre.

Su nieta, es enfermera y se está enamorando de un joven solitario llamado Corey Cunningham (Rohan Campbell), al que acusaron de matar al niño al que cuidaba la noche de Halloween de 2019; una  inversión de lo que ocurre en la película de 1978, cuando el objetivo del asesino es la niñera (en este caso niñero) y no el niño, el cual muere en circunstancias inexplicables; Pero Corey fue juzgado y declarado inocente, aunque la pequeña ciudad de Haddonfield, Illinois, no le perdona y le trata como a un paria. Por eso, es que años después de que el joven sea declarado inocente, Laurie sale en su defensa cuando unos ciudadanos se meten con él. Así nace la relación entre Allyson y Corey, pero a medida que el romance cobra importancia, Laurie empieza a preocuparse al ver que su nieta se aleja de ella y que la personalidad del joven parece cambiar.

Desde el principio, el director David Gordon Green, que ha dirigido y coescrito la trilogía, y los productores quisieron dar una firma creativa y un arco emocional independientes a cada una de las tres películas, sin olvidar lo que más disfrutan los fans de la franquicia. Decidido a inspirarse en John Carpenter, el padrino de la saga, para ‘Halloween: la noche final, volvió a ver las influyentes obras del cineasta. Y aunque cada una de las películas de la trilogía puede perfectamente funcionar de forma independiente, lo anterior permite que los personajes centrales tengan una vida interior más profunda y también aumentar la sensación de miedo y las emociones en esta entrega final. La película entra de lleno en un mundo dramático, en las emociones y pensamientos de Laurie y de Allyson, además de incluir a un nuevo personaje, que parece tomar el legado que Michael Myers está por dejar.

Toda esa primera mitad de la película explora situaciones que tienen que ver con los conflictos internos de los personajes y de un pueblo quebrado por la omnipresente figura de Michael Myers, respetando los conceptos iniciales de la saga. Pero cuando reaparece el asesino y empieza la masacre, todas estas emociones se mezclan y dirigen la película hacia el enfrentamiento final entre Laurie y su némesis, una de las luchas más violenta, más larga y más física que cualquiera vista hasta ahora en las entregas de Halloween. Equivalente a una pelea callejera en la que uno de los dos contendientes muere, y también una pelea que hace honor al personaje de Laurie y a las expectativas de los fans.

El concepto de la maldad absoluta que representa Michael Myers esta vez queda en segundo plano y se enfoca más en mostrar cómo la violencia puede afectar a una familia i a una comunidad años después de que ocurra un hecho. Se curan las heridas, pero las cicatrices no desaparecen, Michael Myers iba a por Laurie aquella noche de 2018, pero su presencia destrozó numerosas vidas. Allyson perdió a sus padres y a su novio de entonces; jóvenes como Corey se vieron envueltos en las secuelas que provocó Michael Myers, y las familias de las no pocas víctimas de este siguen luchando para superar el dolor. Encima, a través de un programa de radio, un DJ local (Keraun Harris) parece tentar a Michael Myers para que vuelva.

Luego de la decepción que significó la última entrega, Halloween: La Noche Final es un cierre más acorde a la importancia que tiene la saga para el género. No causa miedo ni asusta, tampoco apela al jump scare pero está llena de nostalgia gracias a los sutiles guiños que tiene diseminado, no solo de la propia franquicia sino de otras obras de Carpenter (Chistine, La Niebla y El Enigma de otro mundo) o del slasher del cual fue precursora (que el apellido del nuevo asesino sea Cunningham, como el creador de Friday 13th, y que tenga ese final no es un detalle menor). Puede gustar o no pero de lo que estamos seguros es que los octubres venideros no serán lo mismo porque no tendremos más entregas; pero está bien que así sea, porque a veces hay que soltar, no quedarse anclado en el pasado y abrirse a ideas nuevas que puedan venir en el subgénero que tanto amamos.

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