Se estrenó en cines argentinos, la comedia de terror basada en hechos reales sobre un oso negro cocainómano.
Oso intoxicado (Cocaine Bear, Estados Unidos/2023). Dirección: Elizabeth Banks. Elenco: Keri Russell, O’Shea Jackson Jr., Christian Convery, Alden Ehrenreich, Jesse Tyler Ferguson, Brooklyn Prince, Isiah Whitlock Jr., Kristofer Hivju, Hannah Hoekstra, Aaron Holliday, Margo Martindale y Ray Liotta. Guion: Jimmy Warden. Fotografía: John Guleserian. Edición: Joel Negron. Música: Mark Mothersbaugh. Distribuidora: UIP (Universal). Duración: 95 minutos.
A mediados de 1985, un suceso peculiar ocurrió en el Estado de Georgia cuando se encontró un oso cubierto de pelo muerto en lo profundo del bosque. Lo sorprendente fue que su causa de muerte fue una sobredosis de cocaína, la cual fue arrojada desde una avioneta.
Este acontecimiento se volvió tan famoso que ahora tiene su propio museo y ha sido convertido en una película por la directora Elizabeth Banks llamada Cocaine Bear (o Oso Intoxicado en Latinoamérica). La trama cuenta la historia de una osa que encuentra varios paquetes de cocaína perdida y se vuelve agresiva después de consumirla. Mientras busca su adicción, se encuentra con un grupo de policías, delincuentes, turistas y niños, creando terror a su paso.
La participación de Banks y sus productores en esta película de terror cómico es evidente, ya que han convertido un hecho real en una película con toques de Sam Raimi y John Carpenter. La película cuenta con distintos planos y movimientos de cámara que enaltecen los momentos de tensión y concluyen con la calma o con momentos cómicos. Obviamente, los momentos en los que aparece el mamífero son de lo más entretenido y salvaje de la película, pero sobre todo lo que va a resonar en nuestras mentes por encima del resto es la persecución de la ambulancia.
Aunque la película cuenta con un elenco de actores aclamados, la acción del oso realizada por CGI es ridícula y no se corresponde con los hechos reales. Sin embargo, el guión está diseñado para hacer referencias a la cultura popular y tener juegos con el público, lo que la hace atractiva. Además, el uso de canciones en el soundtrack magnifica los tonos burlescos de la película.
Oso Intoxicado tiene defectos, pero muchas virtudes: se burla de sí misma e invita a la burla del público, pero a veces se enfoca demasiado en los chistes y no permite que el espectador procese todo lo que se dice. En general, es una película para pasar un buen rato y explorar los problemas de la adicción y sus consecuencias, pero es más placentera para aquellos que disfrutan del gore y el humor absurdo.