[RESEÑA] ¡Shazam!:La furia de los dioses de David F. Sandberg

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Llega a los cines argentinos, la segunda entrega de ¡Shazam!, el superhéroe de DC Comics protagonizado por Zachary Levi.

¡Shazam! La furia de los dioses (Shazam! Fury of the Gods, Estados Unidos/2023). Dirección: David F. Sandberg. Elenco: Zachary Levi, Asher Angel, Jack Dylan Grazer, Djimon Hounsou, Helen Mirren, Lucy Liu, Rachel Zegler, Adam Brody, Ross Butler, Meagan Good, D.J. Cotrona, Grace Caroline Currey. Guion: Henry Gayden, Chris Morgan. Fotografía: Gyula Pados. Edición: Michael Aller. Música: Christophe Beck. Distribuidora: Warner Bros. Apta para mayores de 13 años. Duración: 130 minutos.

La secuela de ¡Shazam! titulada «La furia de los dioses» regresa con un enfoque más recargado pero sin ofrecer muchas novedades, repitiendo fórmulas ya vistas en el universo de los superhéroes de DC Comics y Marvel. Aunque la película hace bromas a The Avengers, no logra disfrazar el hecho de que toma prestados algunos elementos de esa película. La principal novedad en esta entrega son las antagonistas, las Hijas de Atlas, Hespera y Kalipso (Hellen Mirren y Lucy Liu, respectivamente), quienes llegan a la Tierra con el objetivo de recuperar la magia que les fue arrebatada hace tiempo. La historia comienza con un robo en un museo de Historia y luego se desarrolla en un enfrentamiento creciente entre las diosas vengativas y los queribles superhéroes de la entrega anterior.

El adolescente de Filadelfia, Billy Batson (interpretado por Asher Angel), vive con su familia adoptiva y se enfrenta a las problemáticas típicas de su edad, incluyendo el síndrome del impostor y el manejo de sus poderes como superhéroe adulto, Shazam (interpretado por Zachary Levi). Durante la primera parte, la película se mueve por los terrenos de la comedia torpe como en la primera parte, con la diferencia del agregado de los alter-egos superhéroes de sus hermanos adoptivos y una trama romántica de Freddy (Jack Dylan Grazer) con Anthea (Rachel Zegler, la estrella de Amor sin barreras de Steven Spielberg) . No en vano, el joven Billy (a punto de cumplir 18 años) lleva una remera de Los Goonies; durante ese tramo se nota cierto espíritu de película adolescente de los ochenta que hace que la historia se encuentre bien balanceada entre los dos aspectos (las dobles identidades) de los personajes y hagan que ambas historias resulten amenas y entretenidas.

En su segunda mitad, la película se enfoca en la destrucción apocalíptica de media Filadelfia debido a la aparición de monstruos mitológicos, incluyendo dragones, minotauros, grifos, mantícoras, unicornios e inmensos felinos. Esto da como resultado general, que ¡Shazam! La furia de los dioses se transforme en una comedia de aventuras adolescentes con muchas sorpresas, buenos y divertidos gags (el del hechicero disfrazado de Wonder Woman; por ej.), con un espectáculo grandilocuente de CGI en el final, donde prima la creatividad en el diseño de las criaturas.

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