[RESEÑA] John Wick 4 de Chad Stahelski

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Luego de una larga espera, se estrenó en cines una nueva entrega del clásico personaje de acción, interpretado por Keanu Reeves.

John Wick 4 (John Wick: Chapter 4, Estados Unidos/2023). Dirección: Chad Stahelski. Elenco: Keanu Reeves, Donnie Yen, Bill Skarsgård, Laurence Fishburne, Hiroyuki Sanada, Shamier Anderson, Lance Reddick, Rina Sawayama, Scott Adkins, Clancy Brown, Ian McShane, Marko Zazor y Natalia Tena. Guion: Shay Hatten, Michael French. Fotografía: Dan Laustsen. Edición: Nathan Orloff. Música: Tyler Bates y Joel J. Richard. Distribuidora: BF París. Duración: 169 minutos. Apta para mayores de 16 años.

La película original de John Wick, producida por la asociación del actor Keanu Reeves con los directores Chad Stahelski y David Leitch, fue modesta y sencilla. Solo era una producción más, ambientada en la ciudad de Nueva York, cuya historia estaba centrada en el amor y la venganza. Sin embargo, con el tiempo, la franquicia ha evolucionado y crecido de manera exponencial, expandiéndose a un universo lleno de mitología y personajes que se extienden por todo el mundo. La opinión del público sobre esta evolución determinó que John Wick 4 sea un estreno es muy esperado por los fanáticos de las películas de acción. Pero, a pesar de que la saga ha crecido en términos de mitología y acción, la historia de John Wick sigue centrada en la venganza que busca el personaje.

Desde que regresó del retiro por una pérdida personal, se ha sumergido en el submundo criminal. Sin embargo, las acciones del pasado del personaje lo pusieron en peligro a él y a aquellos que lo rodean, creando un nivel de apuestas emocionales que antes no estaba presente en la franquicia. Los propietarios del hotel New York Continental, Winston (Ian McShane) y Caronte (el recientemente fallecido Lance Reddick), quienes ayudaron a Wick en el pasado, son víctimas obvias de lo que provocó su vendetta. Lo mismo ocurre con Shimazu Koji (Hiroyuki Sanada), gerente del Hotel Continental de Tokio y su hija Akira (Rina Sawayama), quienes se ven afectados por la amistad del protagonista con ellos. Perseguido por el Marqués de Gramont (Bill Skarsgård), un millonario ambicioso al que La Mesa le entregó todo el poder para apresar a John Wick. Pero el personaje más destacado de la película es Caine, interpretado por Donnie Yen, el espadachín ciego que aporta encanto y tragedia a la trama. Al igual que el vagabundo cazador Tracker (Shamier Anderson), un implacable francotirador que, junto a un fiel perro, quiere hacerse de la recompensa por atrapar a John Wick.

John Wick 4 es un final perfecto para el personaje, no tiene direcciones narrativas sorprendentes, ni vueltas de tuercas inesperadas, pero mantiene la vista fija en un objetivo: lograr un cierre conmovedor y catártico que lleva este espectáculo gigantesco y grandilocuente hasta sus humildes comienzos arraigados en el amor. Sorprende con personajes nuevos que parecen salidos de Dick Tracy (el Killa de Scott Adkins, sobre todo); también con la brutalidad explosiva de una escopeta que dispara «aliento de dragón», virtuosos planos secuencias (sobre todo uno con una cámara siempre cenital), luchas de «nunchakus», brillantes peleas coreografiadas e impactantes escenas de persecución por la ciudad de París (el Arco del Triunfo y en las largas escaleras a la Basílica del Sagrado Corazón); pero le agrega varias capas nuevas de mitología ridícula, mientras explora simultáneamente los lazos de amistad y familia y lo que estaríamos dispuesto a sacrificar por aquellos que apreciamos.

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