Una muerte silenciosa: el eco de las tragedias en la Patagonia invernal

Nuestra puntuación

Este jueves se estrena la nueva película del director de El patrón, radiografía de un crimen, El hijo, Crímenes de familia, La ira de Dios y Miénteme.

En los vastos y fríos paisajes de la Patagonia se desarrolla Una muerte silenciosa. Dirigida por Sebastián Schindel y con guion de Matías Lucchesi (Las Rojas y El Casero), la película nos sumerge en un thriller psicológico que explora la fragilidad humana y las tensiones soterradas de una comunidad aislada.

La trama arranca con la misteriosa muerte de Sofía (Sol Wainer), una adolescente de 14 años, en un entorno donde adultos y jóvenes parecen vivir en mundos separados pero inevitablemente conectados. Por un lado, están los encargados de un coto de caza que recibe a turistas acomodados, y por otro, un trío de adolescentes que lidia con sus emociones a flor de piel. La convivencia en este microcosmos, lleno de secretos y silencios, genera un conflicto que se despliega a lo largo de la historia.

La pérdida de Sofía desata un torbellino de emociones en su madre (interpretada por Soledad Villamil), su tío Octavio (Joaquín Furriel, en su tercera colaboración con Schindel) y Klaus (Alejandro Awada), un hombre que encarna el peso de las tradiciones y las jerarquías del lugar. La narrativa avanza a través de una investigación policial que intercala recuerdos y fragmentos del pasado, construyendo un rompecabezas emocional y psicológico.

Schindel configura un universo oscuro y opresivo, donde el consumo excesivo de alcohol, el insomnio, el aislamiento geográfico y el uso de armas generan un clima de permanente tensión. Pero más allá de los elementos externos, lo que realmente impulsa la película son los conflictos internos de sus personajes: las heridas del pasado, los traumas no resueltos y los límites de su resistencia emocional.

La película destaca por su atmósfera, con reminiscencias a clásicos como El aura de Fabián Bielinsky o Nieve negra de Martín Hodara. Pero Una muerte silenciosa se sostiene por su enfoque en las dinámicas humanas y los silencios que cargan con más peso que las palabras; donde la fotografía de Guillermo «Bill» Nieto captura el aislamiento y la crudeza del paisaje patagónico, transformándolo en un personaje más de la historia.

Una muerte silenciosa no solo invita a desentrañar el misterio de una muerte prematura, sino que también ofrece una reflexión sobre el impacto de los traumas individuales y colectivos, en medio del frío y el silencio de un inhóspito pueblo patagónico.

Compartir: