Este jueves se estrena en cines argentinos, la ¿última? entrega de la adaptación cinematográfica del simbionte creado por Marvel Comics.
Venom: El Último Baile cierra la trilogía del simbionte alienígena con un tono que sigue siendo fiel a su estilo irreverente y entretenido. Dirigida por Kelly Marcel, esta entrega vuelve a centrarse en la peculiar relación entre Eddie Brock (Tom Hardy) y su compañero Venom, quienes enfrentan su mayor desafío hasta la fecha. Esta vez, el dúo debe cruzar el suroeste de Estados Unidos mientras son perseguidos por fuerzas alienígenas y militares.
Desde el inicio vamos a ver a la dupla Venom-Brock huyendo de las fuerzas de seguridad lideradas por el general Rex Strickland, pero también de varios gigantescos alienígenas que buscan el Códex, una suerte de llave que ambos cargan y que, de caer en manos del supervillano Knull, abriría los portales para la destrucción de todos los planetas con vida.
Al igual que las anteriores, el atractivo principal sigue siendo la química entre Hardy y su personaje dual. La interacción entre Eddie y Venom, marcada por peleas, reconciliaciones y una extraña amistad, es el corazón de la película. A pesar de una trama absurda que incluye alienígenas con forma de cangrejo (un diseño que rememora a Starship Troopers de Paul Verhoeven) y una prisión galáctica, la película abraza su estilo exagerado y hace guiños a películas de ciencia ficción de serie B, ofreciendo entretenimiento sin pretensiones.
El reparto secundario, con Juno Temple y Chiwetel Ejiofor, cumple su función de apoyar a Hardy, quien sigue siendo el alma de la película. Aunque algunos momentos pueden parecer demasiado alocados, eso es precisamente lo que mantiene a la saga fresca y divertida. Dentro de lo más novedoso y fresco que tiene esta última entrega es la incorporación de Rhys Ifans, quien ya participó de este multiverso marvel ampliado, interpretando al Dr. Curtis Connors/Lagarto el El Asombroso Hombre Araña y El Hombre Araña: Sin Camino a Casa. Esta vez se pone en la piel de Martin, un hippie entusiasta de los extraterrestres que viaja junto a su familia al área 51 y rescatará a Eddie en la ruta. La selección musical es otro de los elementos destacados. Suenan David Bowie, en una linda versión familiar de Space Oddity; ABBA, en el momento más delirante de la película, así como Otis Reading, Maroon 5, Post Malone y una cantidad de hits de fácil reconocimiento.
Venom: El Último Baile es una película de manual, con sus pro y sus contras; un film que tiene lo que tiene que tener para pasar un rato ameno y no mucho más. De esta forma ofrece una despedida digna para Venom y Eddie, manteniendo el equilibrio entre el humor absurdo (a veces demasiado infantil) y la acción desmesurada que ha definido a esta trilogía. Es un cierre apropiado, aunque el concepto podría estar agotándose, permitiendo que Hardy se libere para explorar otros proyectos.