Amor, Mentiras y Sangre | Review

Nuestra puntuación

Luego de su paso por cines, se sumó la plataforma Max la nueva película de la directora de Saint Maud protagonizada por Kristen Stewart.

A24 ha demostrado ser experta en colaborar con directores del género, y Rose Glass es un claro ejemplo de ello. Tras el éxito de la sorprendente Saint Maud, llega Amor, Mentiras y Sangre, una experiencia que se siente tanto familiar como fresca, resonando con la sensibilidad de nuestra generación. En parte a las actuación de Kristen Stewart, quien infunde a la película con su característico estilo natural, pero también a aspectos visuales impactantes y a los giros impredecibles.

Stewart interpreta a Lou, una mujer que trabaja en un gimnasio rodeada de personajes poco deseables, desde la obsesiva Daisy (Anna Baryshnikov) hasta hombres cuya obsesión por sus músculos resulta aterradora. La entrada en escena de Jackie, interpretada por una sorprendente Katy O’Brian (conocida por producciones de Disney y Marvel) , cambia drásticamente el rumbo de la historia. A pesar de haber vivido bajo un puente, Jackie destaca entre los habitantes del pueblo por su limpieza, preparación y determinación en ganar un concurso de culturismo en Las Vegas. Cuando Lou y Jackie se conocen, la atracción es instantánea, y tras una violenta interrupción por parte de los hombres del gimnasio, pasan la noche juntas y Jackie se muda con Lou al día siguiente.

El padre de Lou, Lou Sr. (un siniestro Ed Harris), es el patriarca del pueblo, dueño de un campo de tiro; un traficante de armas que controla tanto la economía como la policía. Los traumas de Lou con su padre la mantienen paralizada, y se convierte en la cuidadora, limpiando los desastres de los demás como su padre le enseñó a limpiar los suyos. Con Jackie, Lou no actúa de manera diferente, satisfaciendo cada deseo y necesidad de su pareja, incluso si eso significa cometer actos ilegales. A ellos se suman la hermana de Lou, interpretada por Jena Malone, una joven madre, víctima de maltratos y golpizas habituales por parte de su esposo, J. J. (Dave Franco), situación que llegará a tal extremo que acabará hospitalizada y será disparador de violencia que vendrá luego.

El amor inicial de las protagonistas se basa puramente en la atracción física, y las escenas entre ambas están cargadas de pasión, donde pierden completamente la razón, siguiéndose mutuamente en cada error y protegiéndose en cada locura que cometen. Con dos protagonistas que poseen una química y presencia similares, Rose Glass coloca a O’Brian y Stewart en el centro de la película, permitiéndoles brillar en cada escena. Sin embargo, la película pierde un poco el rumbo (en buenos términos) cuando se adentra en situaciones surrealistas, alejándose de la narrativa principal, donde la directora demuestra una clara influencia de David Lynch y el body horror de David Cronnenberg.

Amor, Mentiras y Sagre es una suerte de Thelma & Louise, con buenas dosis de gore, tensión y erotismo. Sorprende con sus repentinos raptos de violencia a lo Hermanos Coen y Tarantino, pero también por su estética sucia y árida, plena de músculos transpirados, esteroides, cuerpos que crecen a lo Hulk, cortes cubanos y marginalidad norteamericana. De esta manera, se transforma en una joya del catálogo de A24 que se ganará un lugar en la memoria de los cinéfilos como una película de culto contemporánea.

Compartir: