[Crítica] Kandisha: Mujer Demonio de Alexandre Bustillo y Julien Maury

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Este jueves se estrena en cines la nueva película de los directores de Inside: La Venganza, Leatherface y Th Deep House.

Los nombres Alexandre Bustillo y Julien Maury han cobrado relevancia en las últimas semanas por el estreno en Netflix de The Deep House, un interesante ejercicio de terror claustrofóbico, donde una pareja de buceadores exploran una casa embrujada en las profundidades de un lago. Previo a ese trabajo, filmaron Kandisha, una película de 2021 que, con demora, llega este jueves a los cines argentinos. Esta película marcó el retorno de la dupla a Francia tras una experiencia traumática en Estados Unidos, donde varios proyectos fueron cancelados, pero cuyo resultado final fue una película impersonal como Leatherface, el film que retrataba el origen del recordado asesino de La Masacre de Texas.

Dada su trayectoria actual, es posible que sea el momento adecuado para evaluar con perspectiva el lugar que ocupan Alexandre Bustillo y Julien Maury en el género fantástico europeo en los últimos años. En cierto sentido, pertenecen a esa categoría de cineastas que no han cumplido completamente las altas expectativas que suscitó su impactante debut, À l’intérieur (acá Inside: La Venganza), una ópera prima que marcó un punto álgido en esa tendencia cinematográfica conocida como extremismo francés. Sin embargo, los trabajos posteriores de la dupla francesa no han logrado sostener esa supuesta autoría revolucionaria que redefiniera conceptos en el género, como sí ha sucedido con Pascal Laugier o Alexandre Aja. Se han inclinado más hacia referencias simples e incluso a proyectos más comerciales, como se ve en películas posteriores como Livide, Aux yeux des vivants o su desafortunada incursión en Hollywood, la antes mencionada Leatherface.

Kandisha claramente se adscribe a esta categoría de trabajos. Son historias en las que los adolescentes, desadaptados en su entorno social, deben enfrentarse contra elementos terroríficos, y aquí se plantea de manera entretenida y funcional, tomando inspiración en la narrativa de Candyman de Bernard Rose. Esta vez son tres amigas, unidas desde su infancia, que evocan el espíritu de Kandisha, una entidad vengativa y inquietante de la mitología marroquí. Lo que empezó como un juego se transforma en una verdadera pesadilla, conforme las conexiones cercanas del trío comienzan a desvanecerse en circunstancias cada vez más aterradoras.

Dicha trama conduce hacia una película con naturaleza artesanal que manteniendo una cuidada factura técnica que, sin embargo, se percibe como algo superficial, ya que no va más allá de ser un entretenimiento con claras texturas comerciales. Explora el terror urbano, situado en las afueras de las grandes ciudades y un trasfondo de realismo social, combinado con elementos ancestrales y exóticos de una leyenda maldita. En ese sentido, Kandisha se distancia del tono transgresor de Inside: La Venganza y termina siendo un producto de terror convencional que opta por la simplicidad en lugar de la originalidad. A pesar de ello, destaca por su estilo visual, una de los atributos en la cinematografía de Alexandre Bustillo y Julien Maury, alejándose de pretensiones innecesarias, tan comunes en el género fantástico actualmente, especialmente bajo la etiqueta del «elevated horror».

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