«Dr. Strange en el multiverso de la locura» de Sam Raimi.

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El jueves 5 de mayo llega a los cines argentinos una nueva entrega del superhéroe de Marvel.

La segunda entrega de Dr. Strange no solo significaba la vuelta del hechicero más famoso de los cómics, sino también el regreso del director de la que muchos consideran la mejor película de superhéroes, la primera entrega de Spider-Man protagonizadas por Tobey McGuire. Desde que Sam Raimi anunció la vuelta a la firma la expectativa fue mayor, no solo por toda la que suele generarse por cada producción del interminable universo de Marvel. Personalmente, su presencia era lo que más me atraía de este nuevo proyecto, sobre todo cuando se fue filtrando las primeras imágenes y sabíamos hacía donde conducía la historia.

El film comienza con Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) despertando de una pesadilla donde se veía huyendo junto a una joven de un demonio, en el que ambos logran escapar luego de abrirse un portal que los conduce a otro universo. El inicio será el puntapié para presentar a quien será la co-protagonista América Chávez (Xochitl Gomez), una adolescente que tiene el poder de navegar por todos los multiversos existentes. Acto siguiente, en la vida real, Dr. Strange tendrá que interrumpir la boda de su amada Christine (Rachel McAdams) para rescatarla de las garras de un gigante monstruo con tentáculos, cuoya misión de atraparla para absorber su superpoder. En un conflicto que también involucrará a Wanda (Elizabeth Olsen), Wong (Benedict Wong) y diferentes versiones existentes de los personajes.

(L-R): Rachel McAdams as Dr. Christine Palmer, Benedict Cumberbatch as Dr. Stephen Strange, and Xochitl Gomez as America Chavez in Marvel Studios’ DOCTOR STRANGE IN THE MULTIVERSE OF MADNESS. Photo courtesy of Marvel Studios. ©Marvel Studios 2022. All Rights Reserved.

Con esa premisa principal, que no voy a contar mucho más para no arruinar las sorpresas, el film no es solo una experiencia que van a disfrutar los fanáticos de Marvel, también será un regocijo para los nostálgicos de la filmografía de Sam Raimi, como la saga Evil Dead (con cameo sorpresa incluido) o Drag Me To Hell; así como clásicos films de los 80′ sobre pesadillas y mundos alucinantes como Dreamscape (1984) de Joseph Ruben con Dennis Quaid y Max Von Sydow o Bad Dreams (1988) de Andrew Fleming, más ciertas reminiscencias de Carrie de Brian De Palma. Pero no solo es un rejunte referencias cinéfilas, ya que sin ser un guión innovador, es inteligente para ubicar al espectador en una situación de desconcierto con giros inesperados e hilvanar bien todas los productos del MCU; más algunas dosis de sustos y un buen desarrollo de cada uno de los personajes con sus conflictos internos, donde se destaca la actuación de Elizabeth Olsen como Wanda/La Bruja Escarlata y su crisis con sus hijos que habitan otro universo..

No vale entrar mucho en detalles, porque, como toda producción de Marvel, su principal sustento es la sorpresa y conviene no spoilear nada. Aunque vale aclarar que Dr Strange y el multiverso de la locura es un paso adelante (y distinto) de la franquicia. Esta vez no solo se destaca por la dinámica narrativa y la acción, sino por la incorporación de un sostenido suspenso, con algunas escenas que juegan al borde en cuanto al nivel de violencia a los que nos tiene acostumbrados. Allí es donde se destaca la ingeniería de Sam Raimi y su magia creativa al servicio de un delirante relato que recorre los diferentes multiversos. Gracias al diseño de criaturas que combinan lo creepy con lo psicodélico, una camara ondulante y originales batallas acompañadas con una banda sonora de Danny Elfman épica y novedosa (la escena de la lucha de notas musicales, el punto más alto), el film logra ser un entretenimiento vibrante y desconcertante, que hace que nos sintamos dentro de la lisérgica pesadilla en la que se encuentra inmerso Dr. Strange.

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