Inmaculada | Review

Nuestra puntuación

Luego de su paso por cines, se sumó al catálogo de Prime VIdeo la película de terror protagonizada por Sidney Sweeney en el rol de una monja dentro de un siniestro convento.

El Nunsploitation subgénero del cine  que tuvo su apogeo en Europa durante la década de 1970, con exponntes como The Devils, basada en un libro de Aldous Huxley y dirigida por Ken Russell. Con la aparición de La Monja ha resurgido, con películas como Benedetta de Paul Verhoeven, Hermana Muerte de Paco Plaza, incluso La Primera Profecia, cinta que da origen a una nueva exploración de La Profecía. Si a eso le sumamos la presencia de una de las estrellas hollywoodense más convocantes de la actualidad como Sydney Sweeney (Euphoria), hacen que Inmaculada se convierte en un producto que genera expectativas dentro del género de terror. Un proyecto que viene de tiempo atrás. En el año 2012, cuando la actriz, aun siendo una adolescente, se presentó al casting buscando el papel principal; pero el proyecto fue archivado, hasta que se recuperó varios años después, teniéndola no sólo como protagonista sino también en su debut como productora, bajo la dirección de Michael Mohan con quien trabajó en Los Vouyeristas

La historia sigue a Cecilia (Syney Sweeney), una novicia que, tras el cierre de su parroquia en el estado de Michigan, recibe la invitación para unirse a la congregación de las hermanas de Nuestra Señora de los Dolores, en Italia, para continuar su preparación espiritual. Situado en las afueras de Roma, el antiguo convento, edificado en 1632 sobre las catacumbas de San Esteban, es ahora la casa de reposo de cientos de monjas de la tercera edad, quienes han hallado en sus lúgubres capillas y sus paredes dilapidadas un último refugio previo al paraíso eterno.

El establecimiento está bajo la gestión del padre Sal Tedeschi (interpretado por Álvaro Morte) y la supervisión de unas veteranas hermanas de mano dura. Entre las internas se encuentran personajes bastante amenazantes, como Mary (Simona Tabasco) e Isabelle (Giulia Heathfield Di Renzi). Cecilia llega al lugar con la fe y las mejores intenciones. Sin embargo, pronto descubre que el sitio esconde secretos oscuros y mentiras, así como confabulaciones y manipulaciones. A medida que se desentrañan estos misterios, Cecilia se encuentra en el centro de la trama, convirtiéndose en la principal víctima de estos siniestros planes.

Una serie de extraños sucesos nocturnos altera la tranquilidad de la protagonista. Entre alucinaciones, gritos de lamento y mareos, su salud comienza a deteriorarse rápidamente, dejándola incapacitada para completar sus labores diarias. Preocupada, ésta decide someterse a varios exámenes médicos con tal de determinar la causa de sus malestares. El resultado es inaudito: la hermana Cecilia está embarazada. Una concepción sin mancha de pecado que confirma su posición como una elegida de Dios. Un acto divino que pronto desata sospechas y celos entre las integrantes de la aislada cofradía, quienes están convencidas que todo se trata de una simple farsa de la nueva profesa para llamar la atención. Dudas que poco a poco llenan la cabeza de la religiosa encinta, y que la van empujando hacia un espiral de locura, de dolor y de terror.

Comparada con los exponentes más recientes y populares del «nunsploitation», Inmaculada se vuelca al body horror y toma riesgos que La Monja no se atrevió en su afán de ser un film para consumo masivo, pero tiene menos profundidad psicológica que La Primero Profecía. Es por eso que queda como en una especie de limbo que la hace un film básico pero audaz a la vez, propiciando a los más exigentes un producto impresionable y atractivo, que se disfruta (y mucho), porque hay sangre, violencia, mucho morbo y una Sweeney que demuestra porqué es una de las actrices del momento, interpretando a una Cecilia inocente, incrédula y sumisa en el inicio, atormentada luego y emponderada en el epílogo.

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