La luna representa mi corazón de Juan Martín Hsu.

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Luego de presentarse en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, llega al Cine Gaumont la nueva película del director de La Salada.

Juan Martín Hsu viaja a Taiwan para recorrer su historia familiar.

En un lapso de 7 años Juan Martín Hsu viajó dos veces desde Argentina a Taiwán a reencontrarse con su madre para averiguar sobre el asesinato de su padre. Todo fue registrado por su cámara, en una búsqueda que obtendrá nulas respuestas sobre su progenitor, pero donde saldrá a la luz la historia del desarraigo de su madre como una mujer luchadora.

Al igual que en La Salada, su ópera prima, la migración humana vuelve a hacerse presente en la nueva película de Juan Martín Hsu. Luego de diez años sin ver a su madre, el director viaja en 2012 al país de origen. Gracias a eso logra capturar momentos que lo llevan a conocer un perfil de ella que desconocía, más vieja, más humana. En el 2019, viaja nuevamente, con un objetivo: develar la historia del asesinato de su padre, desconcertado por no encontrar respuestas, empieza a registrar amigos y familiares que conoce en el viaje, a través de ficciones. Todas esas pequeñas historias, basadas en sensaciones, emociones y experiencias, sirven para indagar en su historia familiar.

El desarraigo de su madre se hace presente, hija de una víctima del Terror Blanco, período de ley marcial en Taiwán que duró 40 años, tuvo que exiliarse no por motivos propios sino para cumplir su rol de esposa. Vivir en un país en el que no deseaba ir y que le fue imposible adaptarse donde, encima, con un marido asesinado tuvo que hacerse cargo de dos hijos sola. Estas son algunas de las batallas que la mujer libró y que Juan Martín retrata con una cámara testigo que se mete en la dinámica familiar.

Simple, austera; como una especie de vídeo caseros que funcionan como pequeñas piezas para construir un rompecabezas familiar, La Luna Representa Mi Corazón es un emotivo y sincero relato. Acompañado con sorprendentes interrupciones musicales que nos deleitan con versiones en mandarín de El Amor Después del Amor de Fito Paez, Té para tres de Gustavo Cerati, Seguir viviendo sin tu amor de Spinetta y Hablando a tu corazón de Charly García (al final de los títulos), melodías que se suman al clásico de Teresa Lang que da nombre a la película para poner un matiz distinto a la sufrida vida de la madre.

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