No hables con extraños | Review

Nuestra puntuación

Este jueves se estrena en cines argentinos la remake norteamericana de Gæsterne, la película danesa de 2022 dirigida por Christian Tafdrup.

En el año 2022, una película de «terror social» sorprendió a quienes suelen consumir films dentro del nicho cinéfilo de la web. Sin llegar a estrenarse en cines ni en ninguna plataforma streaming, Speak No Evil (Gæsterne en idioma original) de Christian Tafdrup se fue haciendo famosa a través del boca a boca. No había ranking anual del género que no la incluya dentro del top del año. La popularidad adquirida y una historia que se podía transpolar a distintos contextos, hizo que productoras hollywoodenses muestren interés por el producto. Blumhouse y Universal se hicieron de los derechos, siendo los encargados de adaptar esta turbia historia danesa.

Pero sabemos que por más que se esfuercen nunca llegan a ser como las originales, por más director talentoso y actor de renombre que pongamos al frente del proyecto (la versión norteamericana de Oldboy dirigida por Spike Lee con Josh Brolin, por citar un ejemplo, dan cuenta de ello). El elegido para la dirección fue James Watkins, director que sorprendió en el 2008 con su ópera prima, Eden Lake y con la famosa cinta de terror gótico La Dama de Negro con Daniel Ratcliffe. .

La historia es la mismo: mientras los estadounidenses Ben (Scoot McNairy) y Louise Dalton (Mackenzie Davis), junto a su inquieta hija Agnes de 11 años, disfrutan de unas vacaciones soñadas por Italia, su camino se cruza con otra familia, los ingleses Paddy (James McAvoy), su alegre esposa Ciara (Aisling Franciosi) y su tímido hijo Ant. La conexión entre ambas familias es inmediata. Paddy, un hombre extrovertido y franco, no tarda en invitar a los Dalton a pasar una semana en su rústica granja, ubicada en la tranquila campiña inglesa.

Lo que comienza como una amable convivencia, pronto se torna incómodo. A medida que los días avanzan, las diferencias culturales y personales emergen con fuerza, generando tensiones cada vez más evidentes. Los Dalton, queriendo ser corteses y no ofender a sus anfitriones, se ven atrapados en una espiral de silencios y concesiones, intentando salvar las apariencias a toda costa. Sin embargo, la situación se descontrola, revelando que más que proteger las susceptibilidades ajenas, deben luchar por su propia supervivencia.

Básicamente la premisa y la estructura narrativa es la misma que la versión original. El film no cambia nada, solo las nacionalidades de las familias; mientras en la primera eran holandeses y daneses, en este caso nos encontramos con estadounidenses que viven en Londres e ingleses de zonas periférica a la ciudad capital.

¿Dónde radica el inconveniente de la remake?. En el efecto sorpresa, para aquellos que la vieron sabemos lo que está por venir y quienes no, si ven el tráiler, se revela bastante. También en el tono, el film de Christian Tafdrup se siente como un film ameno en su inicio, pero que poco a poco se va volviendo más incómodo, al punto de volverse en una situación angustiante y cruel que termina haciéndonos pasar un mal momento y se regodea en eso.

En esta versión los tiempos son similares, pero en el tercer acto se produce un cambio que hace que la misma se transforme en un film de supervivencia, más liviano, que no toma los riesgos de la original. El Paddy de James McAvoy se convierte en un ser completamente desatado y violento (similar a La Bestia que componía en Fragmentado), alejándose del tono siniestro y cínico que Fedja van Huêt le inculcaba al Patrick de la original.

En conclusión, para quienes no vieron la película danesa, No Hables con Extraños seguramente se convierta en un film entretenido. Las buenas actuaciones de McAvoy y McKenzie Davis, sumados a las situaciones de evidente incomodidad que se van dando en el idílico fin de semana de campo harán de ella una experiencia tensa pero disfrutable, algo que la original no hacía, porque tomaba riesgos y exponía al espectador a una incomodidad permanente, yendo a lo más extremo, sin tener miedo a dejarnos un sabor amargo y de malestar en el final.

Compartir: