Se estrena en el Cine Gaumont, la ópera prima que indaga en el complejo mundo de las relaciones laborales en la construcción.
Rodrigo (Javier Vaccaro) es un joven peón de albañil que trabaja desde hace muchos años junto a Edgardo (Néstor Villa) en el oficio de la construcción. Lo considera un padre y un modelo a seguir. Pero ante el inminente nacimiento de su hija y por su precariedad económica, Rodrigo decide buscar otro trabajo junto a una arquitecta, pero antes deberá comunicárselo a Edgardo, su única figura paterna.
Siempre proyectando dentro de un asfixiante galpón donde el capataz y el peón se encuentran trabajando, Luciano Romano nos traslada al universo de las relaciones laborales dentro de un contexto de precarización laboral del rubro de la construcción. Con un estilo que recuerda al cine social de los hermanos Dardenne, el film sigue al aprendiz a punto de ser padre que necesita independizarse de su maestro para poder crecer profesionalmente. El vínculo afectivo que lo une al capataz no le permite soltar, por eso, el patrón se convierte casi en una pesadilla para el peón, junto con las llamadas de su novia para que deje el trabajo. En el medio, empresarios que no dan las garantías de seguridad necesaria para los operarios y se intentan aprovechar de la situación, sobre todo cuando un hecho trágico se hace presente.
Todo converge en un film marcado por la austeridad, donde no hay ni buenos ni malos, sino personajes persiguiendo sus intereses, algunos con presiones externas, otros con conflictos internos y dilemas morales. También con necesidades económicas y ambiciones empresariales, pero todos con matices que hacen de Última Pieza un relato realista sobre las complejas relaciones laborales dentro de un informal universo de la construcción, a la vez que esconde una fábula sobre la fuerza y la entereza de un individuo vulnerable que debe luchar contra lo que lo rodea.