Una Película de Minecraft: Una aventura en bloques

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Protagonizada por Jason Momoa y Jack Black, este jueves se estrenó la película inspirada en el clásico juego creado por Mojang Studios.

Desde su lanzamiento en 2011, Minecraft se convirtió en un fenómeno global, y Hollywood no tardó en obsesionarse con llevarlo a la pantalla grande. Ahora, de la mano de Warner Bros., la adaptación finalmente llega con un enfoque que mezcla comedia, acción y una buena dosis de nostalgia gamer.

La historia sigue a Garrett “El Hombre de la Basura” Garrison (Jason Momoa), un ex campeón de videojuegos arcade que atraviesa un mal momento: está al borde del desalojo de su tienda de juegos vintage y parece atrapado en un pasado glorioso que ya no existe. Junto a él, Steve (Jack Black) aporta su carismático histrionismo, aunque con menos descontrol del habitual. La dupla se completa con Henry (Sebastian Hansen), Natalie (Emma Myers) y Dawn (Danielle Brooks), un grupo que deberá unir fuerzas para enfrentar a Piglins y Zombies en una travesía que comienza como una comedia de enredos y, poco a poco, se sumerge en el terreno de la aventura pura.

La película abraza la esencia de Minecraft: es un caos de eventos acelerados, personajes apenas esbozados y una narrativa que prioriza la acción sobre el desarrollo. Su estructura fragmentada y su estilo visual repleto de CGI hacen que funcione como un carrusel de estímulos, especialmente para el público infantil. Sin embargo, esa misma rapidez impide que la historia adquiera profundidad, y su mensaje esperanzador se diluye en un torbellino de gags y secuencias frenéticas.

Momoa encarna una suerte de Johnny Lawrence atrapado en la nostalgia arcade, mientras que Black aporta momentos de desenfado que, en algunos pasajes, recuerdan a su faceta más rockera con Tenacious D. A la vez que Jennifer Coolidge suma una subtrama que, aunque tiene algunos momentos divertidos, no aporta demasiado y nos deja con ganas de ver un poco más.

La presencia de Jared Hess en la dirección, responsable de Napoleón Dinamyte, una joya de culto, y la divertida Nacho Libre, también con Jack Black, presagiaba algo mejor, pero el film cierra con una oda al concepto del juego: la creación de mundos a través de bloques, donde la imaginación es la única herramienta necesaria. Una idea poderosa, aunque apenas explorada. Para los fans de Minecraft, la película será un festín visual. Para los ajenos al universo del juego, quizás solo sea un espectáculo ruidoso con algunos chistes efectivos.

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