[RESEÑA] El Hombre del Norte de Robert Eggers.

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Luego de su paso por cines, se estrenó en la platforma streaming HBO Max la nueva película del director de The Witch y The Lighthouse.

Desde su aparición en la industria del cine, Robert Eggers ha marcado un estilo y revolucionado el cine de terror, considerado junto a Ari Aster (Hereditary, Midsommar), Jordan Peele (Get Out, Us) y Jennifer Kent (The Babadook, The Nightingale) integrante de una camada de cineastas considerada de terror «inteligente». La diferencia de Robert con los demás es que proviene del teatro, con lo cual conoce bien a Shakespeare, formación que le ha servido para recrear el inglés de las épocas donde situó sus proyectos, a lo que se añade una documentación exhaustiva de las creencias y modos de vivir de Nueva Inglaterra: la constante geográfica en su corta filmografía. Esta vez deja de lado la geografía británica para trasladarse a la Europa nórdica, en Escandinavia para hacer su propia visión sobre la cultura vikinga.

El film sigue al joven príncipe Amleth (Alexander Skarsgård), quien está a punto de convertirse en un hombre. Su padre, el Rey Aurvandil (Ethan Hawke) recién llega de luchar en el frente malherido y todo indica que está todo dado para que él se haga cargo del reino. Todo se desmorona cuando su tío Fjölnir (Claes Bang) asesina brutalmente a su padre y secuestra a su madre, la Reina Gudrún (Nicole Kidman). Huyendo en un bote, el niño jura venganza. Dos décadas después, Amleth es un vikingo berserker que asalta aldeas eslavas, donde una vidente le recuerda su promesa: vengar a su padre, salvar a su madre, matar a su tío. En su viaje en un barco de esclavos hacia Islandia, Amleth se infiltra en la granja de su tío con la ayuda de Olga (Anya Taylor-Joy), una mujer eslava esclavizada, y se dispone a honrar su juramento.

Alexander Skarsgård es Amleth en la nueva épica vikinga de Robert Eggerns. Credit: Aiden Monaghan / © 2021 Focus Features, LLC

Inspirado en Hamlet de William Shakespeare, Rebert Eggers y el coguionista Sjón (reconocido artista e intelectual islandés) mezclaron la leyenda de Amleth con elementos de las sagas islandesas y los mitos nórdicos para crear una historia que tiene lugar hacia el final del siglo X. Escritas en islandés antiguo (un dialecto del nórdico antiguo), las sagas familiares islandesas que tienen lugar en los siglos IX, X y XI, son narraciones en prosa basadas en acontecimientos históricos que se centran principalmente en la vida local; en cambio, las sagas legendarias de las que procede la historia de Amleth, utilizando elementos del romanticismo medieval para hilar historias más sobrenaturales y de aventuras.

De esta manera, nos sumerge de inmediato en este turbio mundo de cascos, espadas y escudos, cuya banda sonora de Robert Carolan y Sebastian Gainsborough combina a la perfección con los detalles de la cinematografía de Jarin Blaschke (asiduo colaborador de Robert Eggers), endulzados con momentos musicales asombrosos de rituales coreográficos que le dan vida al costado más divertido de la historia escandinava. En el plano actoral, es Alexander Skarsgård quien se pone la película sobres sus espaldas como el brutal protagonista que busca venganza, con una exacerbada muestra de masculinidad, una muestra de la mirada que el director propone sobre la cultura vikinga. El actor sueco logra su mejor interpretación de su carreraa bien acompañado con la siempre magnética presencia de Anya Taylor-Joy, las potentes actuaciones de Nicole Kidman y de Claes Bang. Sumado a las breves pero fundamentales apariciones de Williem Dafoe, Björk y Ethan Hawke .

Con presupuesto mayor en relación a The Witch y The Lighthouse, en El Hombre del Norte Robert Eggers no se priva de nada y logra una película que le da un sentido diferente a la clásica novela de Shakespeare. Tiene similitudes con The Green Knight de David Lowery, sin todo lo lisérgico, ni la impronta coloquial y teatral, que podía hacer sentir lejano al público acostumbrado a películas convencionales. La brutalidad y el salvajismo que transmite cada escena, con momentos escatológicos, algo muy característico en sus películas, donde las flatulencias, los eructos y hasta el sangrado menstrual se hacen presente. Muchas veces catalogado como un director elitista, esta vez Robert Eggers hace su película más lineal, mezclando la mitología escandinava con violencia, épica, romance y terror psicológico, pero sin perder su esencia y su talento; encontrando un equilibrio perfecto entre una obra de autor y un producto para la industria.

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